Ésta es mi Casa, tu Casa

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martes, 19 de abril de 2011

Perdón

Me enseñaron a pedir perdón
pero no a perdonarme a mí mismo.
Aprendí a tener a mano una disculpa
para cuando me atreviera a ser quien soy
Asumí que el perdón no es más que una tregua temporal
y la humildad una camisa de seda blanca
siempre a tono con los trajes del orgullo.
Perdoné,
fui perdonado
pero guardé a recaudo en la memoria
el debe y el haber de cada cuenta saldada en falso.

Ahora mi ser sopesa
una lápida con la palabra perdón escrita con cenizas
que guarda las flores que nunca recibí,
las cartas que no leyeron,
las disculpas esculpidas con voz de sangre,
los abrazos sin tacto,
las legañas que debieron ser lágrima,
los silencios que pesan como aullidos de plomo.

Perdón por profanar la tumba de la resignación,
por abrir la jaula a los canarios
que cantan canciones de muerte
en el balcón de la nostalgia.
Perdón por intentar que esta palabra
sea por fin árbol que enraice
pozo con agua
lejía de luz para sombras pertinaces
frontera que concede el pasaporte a la paz.

Perdón,
sí,
perdonarse y perdonar
los inevitables errores de estar vivo
para vivir por fin sin temor a equivocarse


sábado, 2 de abril de 2011

FIESTUQUI


Seguiremos con las confesiones, así, a la luz de las velas... de cumpleaños....

Que sí, que mañana domingo es mi cumple... Ya saben que es norma de la Casa mantener el más estricto anonimato y, como consecuencia, no develar aquellos detalles que nos permiten etiquetarnos convenientemente para comodidad de nuestra mente y alivio de nuestros miedos.
Aún recuerdo cierta entrada y la polémica que surgió sobre quien era en "realidad" este Januman que les sirve en la barra.

Pero claro, hay fechas y fechas, y ésta merece una pequeña confidencia a la parroquia: 50, cincuenta añitos me contemplarán mañana. Viejuno que es uno.

Ufff, cuanta vida queda detrás, cuantos momentos, buenos, y malos... Los peores, la mayoría , los que no se recuerdan, las rutinas grises, los días vacíos en el tiempo pasa de largo. Una gran parte de mis sueños quedaron por el camino como camisas de serpiente. Yo mismos fabricados con deseos que la vida se encargó de aparcar en el camino como una carcasa hueca.

Llego desnudo, con bastantes cicatrices, algunas supurando todavía. El pasado es una huella que se pierde en la memoria. Hay un niño que viene a mi fiesta. Espera una piñata. Es mi invitado más esperado. Me mira con sus ojos puros, comiendose la vida. Le tomo de la mano, le beso la frente y le entrego el regalo del ahora. Soy yo mismo, pero he muerto, y sin embargo aquel niño permanece en mí. Sólo ahora le he sacado del cuarto oscuro al que le castigó mi estupidez, esa en la que quise ser aquel que yo no era.

Lamento todos los errores cometidos, aquellos en que extravié el camino, en los que derroche tanta energía para nada, en los que tanto me dañé a mí mismo. Lamento sobretodo el daño que causé con mis errores a quienes han compartido conmigo este tiempo y este espacio. Como quisiera devolver cada lágrima o despecho convertido en cariño.

Hace poco descubrí la diferencia entre error y fracaso. Está en la actitud que tenemos ante el fallo: si nos entregamos a las tretas venenosas de la culpa o nos levantamos aunque duela, para que ese dolor nos destile comprensión y nos muestre la tenue luz de la esperanza.

Mañana, cuando celebre con mi peña la onomástica, recordaré esta pandilla buhardillera. Casi dos años llevamos juntos, gracias por vuestra lealtad, por vuestra presencia entrada a entrada.

Cava para tod@s, espumas de risas... y toda una declaración:

HOY VENGO A ENTREGARTE EL CORAZÓN su santidad: Mercedes Sosa

¿quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón.
tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé qué pasa,
no será tan simple como pensaba,
como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada del amor.
Luna de los pobres siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
como un documento inalterable
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquila, me iré despacio,
y te daré todo, y me darás algo,
algo que me alivie un poco más.
Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y hablo de países y de esperanzas,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo de cambiar ésta nuestra casa,
de cambiarla por cambiar, nomás.
¿quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón.